EUROPA
PRESS
28 noviembre
2023
Cómo
la toma de antibióticos afecta a nuestra microbiota: ¿se aconseja tomar
probióticos?
La administración de antibióticos
conlleva diversos efectos en el organismo, incluyendo efectos secundarios y la
posible aparición de resistencia bacteriana con la formación de gérmenes
multirresistentes.
"A pesar de que, en general, los efectos secundarios
son leves y tolerables, cesando con la suspensión del tratamiento, no se debe
pasar por alto su presencia", advierte en una entrevista con Infosalus el doctor Luis Ramón Rábago Torre, del servicio
de Aparato Digestivo del Hospital Universitario San Rafael de Madrid.
Concretamente, este experto apunta que los efectos
secundarios abarcan desde alergias, a síntomas inespecíficos como cefaleas,
sensibilidad al sol, hasta la interferencia con la metabolización y la
concentración plasmática de otros medicamentos tomados simultáneamente, así
como efectos de toxicidad hepática y renal, interferencia con la absorción de
nutrientes y problemas digestivos.
Puedes enfermar con la microbiota alterada
Al enfocarnos en la interacción entre los antibióticos y la
microbiota, este digestólogo parte de la idea de que
numerosos estudios actuales exploran no sólo los mecanismos inmunológicos de
defensa en las mucosas intestinales contra gérmenes invasores, sino también el
papel de la microbiota en el mantenimiento de un estado de salud normal.
"Esta microbiota juega un papel crucial en la
integridad del intestino, y su alteración puede estar relacionada con el
desarrollo de diversas enfermedades digestivas o sistémicas. Prácticamente
todos los tratamientos antibióticos interfieren con la microbiota, ya sea
destruyendo bacterias (bactericida) o impidiendo su multiplicación (efecto
bacteriostático)", aclara el doctor Rábago.
Se estima, de hecho, que entre un 5% y un 35% de los
pacientes bajo tratamiento antibiótico experimentarán diarrea asociada, tal y
como apunta este especialista del servicio de Aparato Digestivo del Hospital
San Rafael de Madrid.
"La microbiota, que comprende una variedad de gérmenes,
bacterias y otros microorganismos, es un ecosistema biológico que se extiende
desde la boca hasta el colon, desempeñando un papel esencial en la salud
intestinal y en el equilibrio metabólico e inmunológico", recuerda.
De esta manera, sostiene que el cambio o destrucción de la
microbiota puede resultar en inflamación y en destrucción del epitelio
intestinal, afectando a la permeabilidad mucosa y dando lugar a síntomas como
la diarrea, los trastornos de la motilidad, de dolor abdominal, náuseas y
vómitos, e incluso fiebre e infección sistémica.
Síntomas digestivos y antibióticos
Con ello, preguntamos al doctor Rábago por qué son tan
frecuentes los síntomas o efectos secundarios digestivos con la toma de antibióticos,
a lo que añade que, en el caso especial de la diarrea, son atribuibles a
trastornos de la motilidad, a cambios en la permeabilidad, o a inflamación de
las mucosas intestinales.
"Otros efectos secundarios incluyen dolores
abdominales, náuseas, vómitos y, en ocasiones, pérdida de peso o desnutrición.
Para aliviar estos malestares, se pueden considerar enfoques sintomáticos. Los
antibióticos, en general, no causan daño gastroduodenal, por lo que no se
recomienda el uso de protectores gástricos. En casos de trastornos de la
motilidad, el tratamiento puede ser sintomático con analgésicos y/o
espasmolíticos", agrega.
Sí a la utilización de probióticos
Respecto a las diarreas, sí sostiene este especialista que
la utilización de probióticos derivados de las bacterias de la flora intestinal
puede tener efectos protectores sobre las mucosas intestinales, ayudando a
contrarrestar el desequilibrio causado por la eliminación de múltiples
bacterias durante el tratamiento antibiótico.
"La utilización de probióticos, producidos a partir de
bacterias de nuestra flora habitual digestiva, puede tener efectos protectores
sobre las mucosas intestinales y colónicas, al ayudar a disminuir el disbalance producido por la eliminación de múltiples
bacterias por los antibióticos, ayudando a reconstruir el ecosistema
dañado", destaca.
Ahora bien, y dado que los antibióticos no son gastroerosivos como algunos antiinflamatorios orales, el
uso de protectores gástricos está desaconsejado, según resalta, ya que no
disminuirá los efectos secundarios asociados a la toma de antibióticos (estos
se relacionan principalmente con trastornos de la motilidad, con inflamación, o
con alteración de la permeabilidad de las mucosas intestinales). "La
mejoría referida por algunos pacientes al usar protectores gástricos podría
atribuirse al efecto placebo", advierte el experto del Hospital San Rafael
de Madrid.
Con ello, queremos saber qué tipo de probióticos son idóneos
y cuándo se deben tomar, a lo que el doctor señala que, aunque el yogur y el
kéfir son alimentos ricos en probióticos, su efecto para reconstruir la flora
es lento.
"En el mercado existen diversos probióticos con
múltiples cepas bacterianas. Aunque no se conoce exactamente cuál es la mejor
cepa, algunos estudios sugieren que las de lactobacillus (como lactobacillus rhamnosus y bifidobacterias infantis)
y saccharomyces boulardii
pueden ayudar a proteger o disminuir los efectos de los antibióticos sobre la
microflora, reduciendo así la incidencia de diarrea asociada con antibióticos",
remarca.
En última instancia, este especialista en Aparato Digestivo
ve recomendable iniciar la toma de probióticos con el inicio del tratamiento
antibiótico, y si no se ha hecho, desde la aparición de síntomas de diarrea,
manteniendo la ingesta durante algunos días después de finalizar el tratamiento
antibiótico.